“Viaje a un país imaginario” nos introduce en la piel de Lola, Ana, Eduardo y Carmen. La existencia de cada uno de estos protagonistas gira en torno a Rafa, el niño pequeño de la familia, que presenta retraso del desarrollo.
Ana, la madre, sensible a las dificultades de su hijo buscará ayuda, que encuentra en un equipo de psicólogas que la apoyarán, informándola de las circunstancias evolutivas de Rafa y orientándola en la forma de abordar la crianza “especial” del niño.
Un traslado laboral de Eduardo, el padre, hace que la familia vuelva a Córdoba donde encontrará dificultades en la atención de su hijo. En la búsqueda de soluciones al conflicto, Ana entra en contacto con un grupo de profesionales que critican el enfoque sectorial existente y proponen, de forma activa, un modelo integral de atención infantil temprana.